
El peso mexicano registró una depreciación frente al dólar en la última jornada del mes de octubre, reflejando una pérdida acumulada del 1.45%. Este retroceso se atribuye principalmente al fortalecimiento generalizado del billete verde en los mercados internacionales. Además, los inversionistas continúan procesando la publicación de un informe económico que mostró un bajo crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en México durante el tercer trimestre.
El débil desempeño de la economía mexicana en este periodo ha generado incertidumbre entre los agentes financieros, impactando negativamente la percepción y demanda por la divisa local. Consecuentemente, el peso perdió terreno frente al dólar, al tiempo que se mantiene la volatilidad debido a factores externos e internos.
Este movimiento se da en un contexto donde otros activos y mercados emergentes también enfrentan presiones derivadas de la coyuntura económica global y local. El mercado continuará atento a nuevos datos económicos y eventos que puedan modificar la tendencia del peso hacia finales del año.
En el ámbito financiero, este comportamiento influye en las decisiones de consumo, inversión y política monetaria, elementos que las autoridades económicas deberán considerar para estabilizar y fortalecer la economía nacional en los próximos meses.



































































































