
El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca ha generado un cambio abrupto en la relación comercial con Canadá, uno de sus aliados históricos. Recientemente, el expresidente se ha manifestado en contra de reactivar las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y Canadá, lo que representa un giro inesperado en el vínculo bilateral. Esta postura se da poco tiempo después de su llegada al poder en enero, y contradice los esfuerzos previos para fortalecer los lazos comerciales entre ambos países. El distanciamiento implica tensiones en un marco que tradicionalmente se había caracterizado por la cooperación y acuerdos comerciales que beneficiaban a ambas naciones. La decisión de Trump se suma a un aumento del 10% en los aranceles impuesta a Canadá días antes, reflejando una política más proteccionista y restrictiva hacia sus socios comerciales.



































































































