
El Pentágono anunció este viernes el envío del portaaviones USS Gerald R. Ford con su flota acompañante para incrementar la lucha contra el tráfico de drogas en América Latina. Esta medida representa un significativo aumento de la presencia militar estadounidense en la región con el objetivo de fortalecer las operaciones contra el crimen organizado.
La embarcación tiene previsto atracar en Trinidad y Tobago del 26 al 30 de octubre, dentro de una serie de operaciones antinarcóticos coordinadas en el Caribe. Desde Washington se sostiene que estas actividades buscan frenar el flujo de estupefacientes, mientras que en Caracas se denuncian como un posible intento para desestabilizar al gobierno venezolano. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, respondió pidiendo “paz, para siempre” y rechazando “la guerra loca”, además de advertir que su país se encuentra preparado para defenderse con la ayuda de Rusia y China.
Este despliegue se inscribe en una ofensiva militar estadounidense más amplia contra el narcotráfico en la zona, que incluye múltiples ataques a embarcaciones sospechosas de transportar drogas, acumulando ya más acciones durante las últimas semanas. De esta manera, Estados Unidos refuerza su estrategia regional con recursos navales de alto nivel.
El movimiento también ocurre en un contexto geopolítico complejo donde las relaciones bilaterales y multilaterales en América del Norte y Latina enfrentan tensiones, como evidencian recientes decisiones y declaraciones oficiales vinculadas al comercio y la seguridad regional.



































































































