
La próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha generado preocupación en la industria automotriz de Norteamérica. La administración estadounidense ha planteado la posibilidad de sustituir la negociación trilateral actual por acuerdos bilaterales que involucren solo a uno o dos países, una propuesta que la industria rechaza por considerar que pone en riesgo décadas de integración y competitividad regional.
La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) ha expresado que mantener el enfoque trilateral es fundamental para preservar la cadena de suministro y la cooperación tecnológica entre los tres países, lo que permite enfrentar la competencia global, especialmente frente a China, que ha fortalecido su presencia en el mercado automotriz, sobre todo en vehículos eléctricos.
Toyota, con 14 plantas en la región, destaca que más allá de la producción terminal conjunta, su fortaleza está en una red de proveedores regional integrada que ofrece sinergias indispensables para la fabricación moderna. Lizette Gracida, directora senior de Relaciones Institucionales y Comercio Exterior de Toyota México, enfatizó: “Tenemos más de tres décadas generando nuestras estrategias bajo este fundamento, por ello, es claro que necesitamos mantener esta visión”.
Por su parte, la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact) señaló que un acuerdo bilateral aumentaría la complejidad operativa y los costos, afectando la certidumbre del sector. La producción de vehículos ligeros y pesados en México ya refleja señales de desaceleración, con caídas en exportaciones y fabricación, lo que recalca la urgencia de mantener un marco trilateral sólido. Mientras las negociaciones continúan, la industria observa atentamente, pues el resultado podría cambiar el panorama productivo y comercial de la región.



































































































