
La economía de China mostró una desaceleración durante el tercer trimestre del año, registrando un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 4.8% interanual, cifra inferior al 5.2% correspondiente al trimestre anterior. Este descenso se atribuye principalmente a las dificultades en el comercio internacional y a una persistente caída del consumo interno, según datos oficiales de la Oficina Nacional de Estadística. Este es el crecimiento más bajo registrado en el presente año y coincide con las tensiones comerciales que enfrenta el país.
La desaceleración se da en un contexto en que el Partido Comunista de China inició un ciclo de reuniones para definir la planificación económica a largo plazo, justo cuando se aproximan negociaciones con Estados Unidos para abordar el conflicto comercial bilateral, en un intento por evitar la imposición de aranceles más agresivos. Estas medidas incluirían aranceles del 100% a productos chinos, propuestos por la administración estadounidense en respuesta a los controles chinos sobre sectores estratégicos como las tierras raras.
Expertos señalan la necesidad de que China transforme su modelo económico, otorgando mayor importancia al consumo interno frente a la inversión en infraestructura y exportaciones, que han sido los principales motores económicos hasta ahora. La inversión en activos fijos registró una disminución del 0.5% en los primeros tres trimestres del año, con una considerable contracción en el sector inmobiliario, situación que genera alarma entre los analistas por sus implicaciones en el crecimiento futuro.
En paralelo, el gasto de los consumidores chinos continúa por debajo de lo esperado, sin haberse recuperado plenamente tras la pandemia de COVID-19. Las ventas minoristas crecieron solo un 3% en septiembre, la tasa más baja desde noviembre del año anterior, reflejando preocupaciones sobre seguridad laboral, precios de bienes raíces y costos educativos. Sin embargo, la producción industrial mostró una recuperación con un aumento del 6.5% en el último mes, superando las expectativas. La conclusión de las reuniones del Partido Comunista será clave para definir los objetivos económicos y sociales de China en los próximos años.



































































































