
Los precios del oro y la plata registraron un retroceso por segundo día consecutivo, interrumpiendo así la destacada tendencia alcista que habían mostrado desde principios de 2025. El oro, considerado un refugio seguro de inversión, logró un aumento superior al 60% durante este año, alcanzando máximos históricos y llegando a cotizar cerca de los 4,381 dólares por onza. Este incremento se sustentó en varios factores, entre ellos la debilidad del dólar, expectativas de recortes en las tasas de interés, la caída de los rendimientos de bonos y las compras realizadas por bancos centrales a nivel global.
Sin embargo, el martes se produjo una importante toma de ganancias entre los inversores, lo que generó una caída de hasta un 6% en el precio del oro. Estas ventas se mantuvieron en Asia al día siguiente, influenciadas además por esperanzas de una mejora en las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos. En un momento dado el miércoles, el oro descendió hasta un mínimo de 4,000 dólares por onza, luego de haber marcado un récord pocas jornadas atrás.
La plata, también beneficiada por la tendencia alcista, experimentó una caída similar. Esta corrección impactó negativamente en las empresas mineras y productoras de metales preciosos alrededor del mundo: Northern Star Resources de Sídney perdió más del 8% en valor, Perseus Mining cayó más del 6%, y Zijin Gold International, con cotización en Hong Kong, retrocedió más de un 4%.
El analista Stephen Innes, de SPI Asset Management, señaló que “la gloriosa subida del oro finalmente se topó con la gravedad. Tras meses de convicción unidireccional y entradas incesantes, el metal sufrió una caída del 6%”. Además, explicó que “la volatilidad del oro ha superado ahora a la de las acciones, reflejando el ritmo acelerado desde la pandemia de Covid-19”.



































































































