
Un reciente fallo del tribunal de apelaciones en Estados Unidos en contra de la mayoría de los aranceles establecidos durante la administración de Donald Trump ha generado incertidumbre entre los importadores y ha frenado el impulso económico que se esperaba de estas medidas proteccionistas. Aunque los aranceles permanecen vigentes mientras continúa el proceso judicial, esta decisión complica las inversiones empresariales al mantener dudas sobre los costes asociados.
La sentencia cuestiona la legitimidad del presidente para imponer estos impuestos con el fin de incentivar la producción nacional, lo que ha creado un clima de espera entre las compañías para tomar decisiones estructurales hasta que se resuelva el caso, posiblemente hasta finales de 2025 o en la Corte Suprema posteriormente. Jennifer McKeown, economista jefe de Capital Economics, señaló que este retraso podría prolongarse y atrasar los efectos económicos anticipados por el gobierno.
Howard Lutnick, secretario de Comercio, había pronosticado que las políticas arancelarias impulsarían la manufactura y la inversión desde el tercer trimestre de este año. Sin embargo, los inconvenientes legales y la falta de acuerdos comerciales sólidos con importantes socios internacionales han limitado el impacto positivo esperado. Indicadores recientes señalan una industria manufacturera estadounidense en contracción y un mercado laboral con crecimiento limitado.
Asimismo, expertos advierten que una economía debilitada podría afectar la percepción pública sobre el proteccionismo y complicar los planes de reelección para los republicanos en las elecciones legislativas de 2026. También existía la expectativa de que los ingresos adicionales al Tesoro, derivados de los pagos de los aranceles, contribuyeran a aliviar el déficit presupuestario. Sin embargo, si el fallo judicial se mantiene, la mayoría de estos ingresos proyectados desaparecerán, reduciendo significativamente su impacto fiscal.
En este contexto, la incertidumbre generada por la decisión judicial afecta no solo a la economía, sino también a la estabilidad política y estratégica del país en materia comercial.