
Las recientes políticas de deportación impulsadas por el expresidente Donald Trump ponen en riesgo sectores fundamentales de la economía de California, la cuarta más grande en Estados Unidos y a nivel mundial. Con un Producto Interno Bruto que alcanza los 4 billones de dólares, el estado depende significativamente de la mano de obra inmigrante, especialmente en áreas como la agricultura, construcción y servicios de hospitalidad.
Un análisis conjunto del Bay Area Economic Institute y la Universidad de California en Merced alerta que, en caso de continuar las deportaciones masivas junto con la eliminación de programas de protección temporal y endurecimiento de medidas fronterizas, California podría enfrentar pérdidas de hasta 278,000 millones de dólares en su PIB.
La agricultura, sector con un valor aproximado de 49,000 millones de dólares, es especialmente vulnerable, ya que el 63% de sus trabajadores son inmigrantes y un 24% carecen de documentación oficial. Joe García, presidente de la Asociación de Trabajadores Agrícolas de California, advirtió: “Sin ellos, no tendríamos alimentos disponibles”. La construcción, que enfrenta también un déficit significativo de mano de obra debido a que más del 60% de sus empleados son inmigrantes, podría ver afectada la ejecución de proyectos y un aumento en los costos, en un estado ya golpeado por la crisis habitacional.
Adicionalmente, los negocios en Los Ángeles, como restaurantes, han registrado disminuciones en ventas de hasta un 70% tras redadas realizadas por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), generando un clima de incertidumbre y temor en sectores que recién empezaban a recuperarse tras la pandemia y desastres naturales. Abby Raisz, directora del Bay Area Economic Institute, señaló que “estos son los trabajadores que mantienen nuestra economía a flote. Mantienen abiertos los negocios”, remarcando la importancia de la fuerza laboral inmigrante para la continuidad económica del estado.