
La inteligencia artificial (IA) continúa siendo el centro de atención en los mercados tecnológicos, con significativos movimientos e interpretaciones por parte de los analistas financieros. Recientemente, varios bancos y casas de análisis han ajustado sus recomendaciones y han emitido advertencias sobre las valoraciones que alcanzan las compañías de este sector, comparándolas con el nivel de la burbuja dotcom de finales de los 90.
Truist Securities actualizó su recomendación para Advanced Micro Devices (AMD) a Comprar desde Mantener, impulsada por una retroalimentación cada vez más positiva en cuanto a la penetración de AMD en centros de datos y aplicaciones de IA. A diferencia de años pasados, cuando AMD era considerada solo como una alternativa más económica frente a Nvidia, ahora grandes clientes hiperescalares evalúan a AMD como un socio estratégico real. Esto ha motivado a Truist a elevar su precio objetivo de 173 a 213 dólares, destacando el impacto potencial de sus nuevos productos, como el chip MI355.
En contraste, Bank of America redujo la calificación para Marvell Technology a Neutral, citando mayores incertidumbres sobre el ritmo de crecimiento de la compañía en IA hasta 2026. La revisión a la baja de las perspectivas de ingresos refleja un ambiente más cauteloso ante la competencia y proyectos aún en desarrollo para el sector de chips para centros de datos.
Por otro lado, UBS alertó sobre el riesgo de que las valoraciones de las acciones vinculadas a la inteligencia artificial estén acercándose a niveles extremos similares a los observados durante la burbuja tecnológica de los años 2000. Su modelo de valoración HOLT revela que el sector tecnológico de EE.UU. cotiza a precios que implican expectativas sustanciales en flujos de efectivo futuros, dejando poco margen para decepciones. Las masivas inversiones en capital por parte de las mayores firmas tecnológicas, que superan incluso a las combinadas de sectores como la energía y servicios públicos, generan expectativas altas y riesgos asociados a la competencia internacional y a limitaciones de capacidad, como el suministro energético para centros de datos.
Finalmente, RBC Capital Markets defendió que la inteligencia artificial no significará el fin de la programación tradicional, sino que impulsará innovaciones y profundas transformaciones en el sector. Ponderó que algunas empresas están mejor posicionadas para adaptarse y monetizar las oportunidades de IA, destacando compañías como Microsoft, Intuit y HubSpot frente a otras que enfrentan mayor incertidumbre. En general, el consenso es que la monetización amplia y directa de la IA en el mercado empresarial podría estar aún a varios años de distancia.
Estos variados análisis reflejan una industria dinámica, con altas expectativas pero también con desafíos de ejecución y riesgos de valoración que invitan a la prudencia en las decisiones de inversión.