
Estados Unidos incrementó al 50% los aranceles impuestos a las importaciones provenientes de India, un aumento significativo respecto al 25% que se había aplicado a inicios de agosto. Esta medida responde a la creciente preocupación del gobierno estadounidense por la compra de petróleo ruso por parte de India, considerada como una vía para que Moscú financie la guerra en Ucrania. India ocupa el segundo lugar mundial como importador de crudo ruso, solo detrás de China.
El aumento de aranceles es una acción directa del presidente estadounidense Donald Trump para presionar a Nueva Delhi a reducir su dependencia energética de Rusia. La administración de Estados Unidos sostiene que las importaciones de petróleo contribuyen a mantener el flujo de recursos que Rusia utiliza en su conflicto bélico.
Esta decisión afecta de manera considerable el comercio bilateral entre ambos países, en un contexto donde las tensiones internacionales por el suministro energético se mantienen vigentes. India, con una creciente demanda de petróleo, busca diversificar sus fuentes, mientras Estados Unidos aplica estrategias comerciales para limitar la influencia de Rusia en el mercado mundial.
Este movimiento se enmarca dentro de una serie de disputas comerciales globales que involucran sanciones y medidas arancelarias dirigidas a ajustar la dinámica económica internacional con foco en la seguridad y la geopolítica.